ELABORACIÓN
El Sol, que hace crecer la viña y propicia la maduración durante todo el año, es nuestro aliado.
El Hombre que labra la tierra, cultiva la viña con ilusión. Llegado el envero, cuando empiezan a colorear las uvas, tiene que tomar la difícil decisión de qué uvas va a dejar madurar y qué uvas va a eliminar. Sólo un racimo por sarmiento, para buscar la excelencia en el producto final.
Y en el día exacto, vendimiamos los racimos en pequeñas cajas durante las primeras horas de la mañana.
Seleccionamos las uvas despalilladas y sin estrujar, separando los granos que están en perfecto estado de maduración de las uvas pasificadas por el sol. De un mismo racimo, dos tipos de uva y dos tipos de vino.
Combinamos tecnología y tradición, conocimiento y arte, pero sobre todo sentimos pasión por las cosas bien hechas.